martes, 14 de septiembre de 2010

Sobre los baobabs y el principito

Hace algunos días platicaba con un amigo, hablabamos sobre los vicios, sobre el alcohol, tabcaco y otras drogas no tan legales. Como estos vicios pueden parecer controlarse, sin embargo con el tiempo se van adheriendo mas a nuestra personalidad, y poco a poco se van adueñando de nuestros sentidos, de nuestra lógica y nuestra razón. Como mientras más pasa el tiempo se necesita mayor cantidad para generar el mismo efecto.
De ahi que me llegara a la mente una parte del capitulo V del principito:

"Resulta que en el planeta del principito había, como en todos los planetas, hierbas buenas y hierbas malas. Por lo tanto buenas semillas de hierbas buenas y malas semillas de hierbas malas. Pero las semillas son invisibles. Duermen en el secreto de la tierra hasta que a una se le antoja despertarse. Entonces se estira, y extiende tímidamente hacia el sol una encantadora ramita inofensiva. Si se trata de una ramita de rábano o de rosal, se la puede dejar crecer como quiera. Pero si se trata de una maleza, hay que arrancarla en seguida, en cuanto se la pudo reconocer. Ahora bien, había unas semillas terribles en el planeta del principito... eran las semillas de baobab. El suelo del planeta estaba plagado de ellas. Y de un baobab, si uno se deja estar, no es posible desembarazarse nunca más. Obstruye todo el planeta. Lo perfora con sus raíces. Y si el planeta es demasiado pequeño, y si los baobabs son numerosos, lo hacen estallar"

Sin pensarlo dos veces le dije "baobabs" los vicios son baobabs que mientras estan pequeños es posible arrancar, pero mientras mas grandes se van haciendo se vuelve cada vez más díficil, si los dejamos crecer dominaran nuestro planeta y terminarán por destruirlo, al final nadie podrá arrancarlos, posiblemente como en el algunos casos con el alcoholismo, podremos controlarlos.

Sin lugar a dudas, mientras más rápido nos desagamos de un vicio, más fácil será, es cosa de cuidar nuestro planeta, nuestro cuerpo y nuestra mente, de verla todos los días, de cuidarla y checar diariamente que no hay una raíz de baobab creciendo.

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