martes, 14 de septiembre de 2010

Como José formó su género

Mientras José caminaba rumbo a su trabajo vio un árbol de naranja que le hizo recordar aquel pueblo donde vivió los primero años de su vida, hijo de maestros de primaria José vivió su infancia pasando de pueblo en pueblo sus primero años de vida, a él le encantaba sentir la libertad del lugar donde vivía, tomaba las frutas que se le antojaban, si tenía sed pedía agua en la casa más cercana o simplemente pasaba al patio donde estaba el pozo, le gustaba volar papalotes y comer naranjas y moras, bañarse en el manantial con sus amigos o escaparse con su hermano para visitar el puente colgante .

A José le encantaba jugar futbol con sus amigos, ver caricaturas, jugar a “las agarradas”, las canicas juego para el que su padre era bastante bueno, pocas veces él solo lograba ganar una pequeña bolsa si bien le iba, si no, lo que sucedía mas amenudeo era perder todas sus canicas incluso las que le robaba a su padre. El padre de José siempre salía los fines de semana a la ciudad, salía a jugar varios deportes, o al menos eso siempre decía su madre, su padre siempre fue bueno en los deportes.

Cinco años tenía cuando conoció a una niña con la que jugó largo rato en el patio de la escuela donde trabajaba su madre, esa misma niña dos años después se encontraba sentada a su lado mientras sus padres andaban en una reunión, él no sabía ni lo que hacía ahí incluso empezaba a aburrirse hasta que unas palabras saliendo de la boquita de aquella niña –tu me gustas – le dijo a José. Él se puso tan nervioso que no supo que decir, cuando logró reaccionar solo se le ocurrió comentarle lo bonito de su moño, que para el colmo no era de ella sino de su prima, echaron a reír… al día siguiente ella ya no estaba, se había mudado.

A los siete años José se muda a la ciudad donde fue tomado con un niño frágil, tranquilo, inocente y sobre todo llorón, vivió solo con su hermano casi dos años hasta que toda su familia decidió mudarse a la ciudad, siempre salía con su hermano a jugar con los vecinos. Cierta ocasión José se peleo con una niña, ella quería jugar futbol pero José insistía en que las niñas no jugaban futbol, eso hizo que la niña más grande y fuerte que él se enojara y lo persiguiera por toda la calle hasta que lo perdió de vista.

José fue un adolescente muy raro, casi siempre andaba solo, solo tenía un amigo en la secundaria donde iba, con los años José fue haciendo más amigos, sus vecinos se hicieron sus mejores amigos en esa época de su vida, incluso ellos se quedaban a dormir en casa de él, jugaban en las noches, platicaban de cosas que para ellos resultaban interesantes y de aventuras, mujeres, borracheras e incluso de las veces que cachaban a algún amigo teniendo relaciones o besándose con un muxhe (gay).

Él era de esos chicos cuando tenía 16 años que se la vivía soñando y le tenía miedo a una mujer cuando se trataba de relaciones más allá de la amistad, tímido a morir, penoso(pena) y ñoño. No pasó mucho tiempo para que José empezara a tomar sus propias decisiones, se iba de parranda con sus amigos, empezó a tomar y a fumar, empezó a descubrir su sexualidad que tanto tiempo tuvo reprimida... le encantaba a aunque a veces prefería guardarla, por un lado era un romántico empedernido aunque de vez en cuando sobre todo cuando andaba medio borracho y la pena se reducía era tan directo y certero tanto que le funcionaba y lograba lo que quería.

Cuando José se percató ya estaba frente a la institución donde laboraba, aquellos recuerdos le hicieron preguntarse cómo es que algo que no recuerda le generó tantas normas en su forma de ser, cómo algo que no recuerda lo controló por tanto tiempo generándole miedo a la sexualidad y a su sexualidad. Cómo él seguía ciertos patrones que nunca supo cuando adoptó. La educación en la infancia es básica y debiera ser integral, debiera desarrollar todas las áreas del infante: motora, intelectual, racional, emocional, sexual, etc.

Pienso que hay dos momentos en la formación del género: uno en la infancia (inconsciente) y otro en la juventud (consciente) las dos presentes en la vida cotidiana, difíciles de reestructurar, pero siempre es posible el cambio. Me hace pensar que he cambiado paulatina y lentamente y a pesar que son cambios que no se distinguen, al recordarte tiempo atrás te das cuenta de que al final uno forma la estructura de su género, tomando como base la infancia y la sociedad.

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